martes, 30 de noviembre de 2010

Un jour comme un autre


Sus ansias de morir incrementaron...y murió. Cuando se quiso dar cuenta ya reposaba bajo la tierra ¿y para que salir de su tumba? Si total hacía lo mismo muerta que viva. Nada. Sólo le daba vueltas a la cabeza. Pensaba en quién debía de reposar en la tumba de al lado, seguramente un apuesto muchacho. O una vieja hija de puta. Que más daba. Estaba muerta y no podía hacerle nada. ¡¡Que felicidad!! Cuando llovía no se mojaba y cuando tronaba la tierra se removía y eso era muy divertido.
Desde su tumba le venía el olor de las flores podridas que arriba morían y no paraba de reírse, los vivos mataban a flores para ponerlas encima de una muerta. Muerte a su alrededor y un montón de pasatiempos divertidos en su tumba acolchada.

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