miércoles, 27 de abril de 2011

This is where it all ends

Viajantes del pasado regresan a su destino. Maletas pesadas cargadas de dolor. Fantasías en blanco y negro que nunca se harán realidad. Guardas un millón de lágrimas. No las pierdas. Llegará el día en que saldrán una a una por tus ojos ciegos.
Trenes destartalados que no llevan a ninguna parte. Desconocidos que te miran sin césar.Inquietos. Inmóviles. Llevan escrito su destino en sus pálidos rostros. Y se ríe de ellos. No se librarán de él. Tú tampoco.
Dolor que nunca termina. Dolor que nunca cambia. Te aferrarás amargamente a tus recuerdos felices si es que te queda alguno. No tendrás miedo. Ya lo tienes.
Destino común para la ingente cantidad de mortales que pasan por este teatro en ruinas. Aquí es donde todo acaba.

domingo, 24 de abril de 2011

Mathilde

Cada vez que amaba un poco a alguien, la tristeza volvía a apoderarse de ella. El dolor. La terrible melancolía que la dejaba sin fuerzas. Una extraña dependencia hacía el llanto. La absurda realidad. La aburrida realidad. La nostalgia de un pasado inexistente.Y era por eso que ella intentaba e intentaba no enamorarse. Para ser feliz. Para vivir. Pero no podía. Volvía a anhelar que le sucediese como en sus sueños de niñez, en los que se deshacía y se acababa convirtiendo en aire. Que felicidad. Deshacerse sin más. Desaparecer. Dejar de ser. Convertirse en parte del vacío en vez de que el vacío la poseyese. Volver a ser aire, como algún día debió ser. Sin morir. Sin nacer. Sombras alargadas que la acechaban cada noche. Algún día se irán.
Algún día se cumplirían sus sueños.

lunes, 18 de abril de 2011

Primaveras sin dolor

Volaban alto aquel día. Más de lo habitual. Empezaron pronto y continuaron su viaje durante días y semanas. Sin parar. Volando y volando y sonriéndole al destino. Quisieron robarle tiempo a la vida. Lo hicieron. Fingieron sentir una eterna primavera y de vez en cuando alguna que otra lágrima les caía por sus mejillas. En compañía. Volvían a su niñez siempre que lo deseaban. Farolillos encendidos y faldas con volantes. El verano sucedía una vez al mes. Cantaban canciones felices que les recordaban porque habían decidido volar. Una eterna juventud atrapada en una fotografía y miles de acordes acompañándolos en un sinfín de ceremonias. Flores. Entre tanto manos cogidas y sonrisas. Sonrisas difuminadas en algo que nunca llegaría a suceder. Aquello que pudo ser y nunca fué.

martes, 12 de abril de 2011

Ashes to ashes


Atmósferas cargadas. Grises. Ultrasonidos que te quieren matar. Viajes espaciales. Fantásticos momentos de evasión inducidos por tus neuronas medio podridas. Los ojos se te están cayendo de las cuencas de no usarlos. No miras. Imaginas. Cenizas esparcidas por encima de tu cuerpo incandescente. No necesitas volar. Quieres volver a nacer en una estrella fugaz. Corazones que laten conectados a una batería artificial. Nunca necesitaste vivir . Las tinieblas te persiguen, quieren apoderarse de ti. Sintetizadores que te hablan. Morirás esta tarde. Flotarás eternamente en el líquido amniótico de Dios.
Bailarás entre cartílagos a medio hacer. Tu pistola de agua ya no te servirá de nada. Los seres inacabados se alimentarán de tu inconsciencia. Tu futuro no existe. Tranquilo. El mio tampoco.

domingo, 10 de abril de 2011

Nuestro camino

Esperaré a que tus sentimientos te sobrevivan. Para quedármelos. Caminaré hasta que mis pies se desgasten y vayan adhiriéndose al camino. Formaré parte del recorrido eterno como tantas otras personas. Nunca nadie sabrá que he estado allí, que he estado aquí. Insignificante como una mota de polvo. Entre tanto lloraré y lloraré. Todo el mundo cree que es malo llorar. Amor. Sentiremos algo más allá de lo que se supone que es la vida. A veces pienso que debería de haber sido una canción. Y no un ser humano. Mis neuronas son notas musicales. ¿Porque no nací etérea como la música? Por favor. Cuando acabe de deshacerme. Entonces. Entonces igual consigo todo lo que siempre he anhelado y no he tenido por miedo a ser feliz. Dejó de tener miedo a hablar en primera persona. Un gran paso.

miércoles, 6 de abril de 2011

Bucle de sombras


Empieza. Se acaba. Constante dinámica de principio y fin. Todo va así. No quieres vivir. Ya no existes. ¿Algún día cambiarás? Pasarás a la total negación. Al no existir. Al no vivir. Volverás a nacer cientos de años después y seguirás cometiendo los mismos errores. Esa maldita tristeza que hace que te quedes sin energías. Que no puedas ni expresarlas. La boca se te coserá otra vez y nada de lo que te ronda por la cabeza podrá salir. Y te envenenará. Te volverás cada vez más lento, ya no podrás andar. Reptando por la soledad de los rincones pasarás a un estado catatónico. Y las penas te habrán consumido. Un virus mutado que se alimenta de todas tus esperanzas. Esperanzas vacías e irreales. Alimento de pesares. Nunca. Nunca. Nunca debiste dejar de andar. El amor te separará de ti mismo, porque no hay nadie más. No existe un nosotros. Nunca existirá. Te acercaste demasiado al rencor. Al odio. Odiaste demasiado los sentidos. De repente te diste cuenta de que eras un muerto. Un reptil. Algo inexistente. Nadie. Nunca. Transmisiones sin sonidos desde lo más profundo de ti. El fin se acerca y no te importa. Volverás una y otra vez a esa maldito bucle. Baila. Ríe. No puedes. No existes.